viernes, 15 de enero de 2016

Campaña Argan2 Día 2: Ultramarines

Buenos días,

Ayer tocó otro desafío de la campaña y fue contra los fabulosos Ultramarines de Ismael, pintados con mimo y cuidado exquisito... ¡Y yo sin todo mi ejército pintado y a la altura! Puta bida tete...

Euryales era el terreno a ocupar por la legión del Señor de la Guerra, aunque los hijos de Guilliman también tenían sus propios planes para esa región: la batalla iba a ser cruenta e implacable.

Ismael llevaba una lista variada y que tocaba todos los palos del Codex: Dos Bibliotecarios, una Guardia de Honor fuertemente armada para el cuerpo a cuerpo, dos Dreadnought, unos Marines de Asalto con pistolas de Plasma, unos Exterminadores Tácticos, Motos, Exploradores, Tácticos en Rhino y una Stormtalon para dar guerra desde las alturas.

Por mi parte, utilicé la primera de mis listas para tener un buen número de gravs en la la mesa y presionarle desde el medio del campo.

El despliegue fue en los bordes cortos con la misión Punto Muerto (Primer turno con 6 objetivos, segundo con 5, etc)

Consigo la iniciativa tanto para elegir lado como para desplegar y lo hago en forma de línea con el Land Raider enmedio flanqueado por los Rhinos y las motos.dejando los morteros colocados en una ruina lateral. Con la Exploración avanzo todo lo posible y reposiciono los Speeder para tener un buen ángulo de disparo.

Ismael despliega también en línea y deja en reserva los Exteminadores y pone su Guardia de Honor en la Cápsula junto a un Bibliotecario Exterminador para lanzarla en el primer turno.

El general Ultramarine trata de arrebatar la iniciativa, pero no logra el ansiado 6.



Los Hijos de Horus avanzan y se hacen con el centro del tablero. Las armas grav y los disparos de los Speeders masacran y hacen retroceder la unidad de motos que se parapeteaban tras las barricadas y ablandan la de Marines de Asalto que custodiaban uno de los objetivos en la fortaleza. El fuego de mortero llueve sobre el Rhino, pero solo logra hacerle daños superficiales sin conseguir destruirlo.

Los Ultramarines se reposicionan y abren fuego contra sus hermanos traidores, acabando con varios motoristas. La Cápsula cae del cielo y la Guardia de Honor con el bibliotecario desembarcan frente a la unidad de Rapiers, junto a los Tácticos de los Hijos de Horus: sus bolters disparan a los Marines pero no consiguen derribar a ningún legionario.
Tras desembarcar los Tácticos y el Bibliotecario del Rhino Utramarine y colocarle en una posición ventajosa de tiro sobre la ruina, el piloto del transporte intenta ponerse a cubierto bajo ellos en el mismo edificio, pero los daños que sufre al internarse en la ruina acumulados a los que le hizo el mortero lo dejan inutilizado.



Con lo más duro y peligroso del ejército de Ultramarines a su vera, el Justaerin desembarca del Land Raider con sus mazas crepitando de energía y odio para lanzarse a la carga y cazar al Señor de la Guerra enemigo y su Guardia de Honor.
El Sargento de los Exterminadores y el Campeón Ultramarine se baten en duelo singular mientras el resto se enzarzan en combate despiadado que acaba con el Señor de la Guerra muerto en el suelo de un preciso golpe letal junto al cuerpo de uno de sus guardaespaldas.

En la otra punta del campo de batalla las motos grav, tácticos fusioneros y Land Raider abren fuego contra uno de los Dreadnought, pero sus disparos se pierden en el aire o rebotan contra el sarcófago de adamantium del orgulloso veterano Ultramarine, rodeado de enemigos desesperados que no son capaces de abatirle. Finalmente, tras varias salvas de mortero guiadas por los poderes del Bibliotecario de la Legión consigue penetrar su grueso caparazón y el bípode acaba siendo derribado.


Ismael no podía permitirse tener un Land Raider campando a sus anchas por su zona de despliegue y sus tropas se organizan para lidiar con él: un rayo de pura energía piropsíquica brota de la palma de la mano de su Bibliotecario y atraviesa por el lateral al blindado, colapsando momentáneamente sus sistemas de armamento y de movimiento y derribando a un motorista traidor que se encontraba al otro lado del tanque. A continuación la carga del Dreadnought junto a una carga de fusión colocada por el sargento Táctico dejaron gravemente dañado el Land Raider.

Desde las alturas, la Stormtalon trata de diezmar la artillería de los Hijos de Horus, pero solo consigue herir a uno de los artilleros, lo cual no reduce la capacidad de disparo de los peligrosos morteros de la Legión.

Y mientas en las ruinas centrales la Guardia de Honor y el Justaerin continuaban su épico combate, muriendo contendientes en ambos lados, los Marines de Asalto logran llegar a trabarse con los motoristas de los Hijos de Horus, pero ninguno de los consigue dañar a sus rivales.

Con el Land Raider condenado y a punto de sufrir un colapso estructural inevitable a manos del Dreadnought, los Hijos de Horus se dedican a acosar a los Tácticos que están en el ángulo de tiro y a reposicionarse para tratar de ganar la zona de despliegue de los Ultramarines, dejando con vida a un solitario Marine huyendo para buscar cobertura tras las ruinas.

Finalmente los Exterminadores leales llegan al campo de batalla y los disparos de sus armas dejan inutilizado uno de los Rhinos mientras a sus espaldas, el Land Raider salta por los aires tras un brutal ataque del Dreadnought.

La Guardia de Honor termina por imponerse a la élite de los Hijos de Horus y el Justaerin acaba regando con su sangre el campo de batalla.

Tras tres turnos jugando y con Defiance a punto de echar el cierre, damos por terminada la partida: 11-6 a mi favor. VICTORIA DE LOS HIJOS DE HORUS.

No puedo decir que yo jugase especialmente bien, pero tuve una muy buena suerte con las cartas de objetivos (compensada por mi nula suerte al disparar fusiones a los Ultramarines... ¡Maldición del monotiro!) En vez de marear y ablandar la Guardia de Honor con mis tropas y los Gravs, le lancé a lo loco los Exterminadores esperando llevármelos por delante en un par de rondas de combate: al final perdí a mi Justaerin, pero conseguí la cabeza del Señor de la Guerra y trabarlos durante toda la partida.

Lo mejor para mi fue poder jugar contra un ejército tan cuidado como el de Ismael: una de las cosas que más me gusta del hobby es tener enfrente de mi ejército otro que esté pintado y conversionado como lo estaba el de los Ultamarines... ¡Solo lamento que mis Hijos de Horus no hayan estado a la altura y tener la mitad pendiente de pintar!

Un saludo





3 comentarios:

  1. Genial la partida, da gusto ver partidas con minis pintadas y mas si no son listas hiper-afiladas.

    Un saludo

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  2. Una pena que ni hubiese más turnus donde la sangre regase el campo de batalla ;)

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  3. La partida estuvo genial. Fue muy divertida. Una pena no poder jugar más turnos. Tus minis están pintadas genial

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