Tras currar por separado los legionarios y después las peanas, ha llegado el momento de unir ambos trabajos. Inicialmente se iba a encargar de ello el dueño, pero finalmente ha preferido que me ponga yo alambres, superglue y pinceles a la obra.
La tarea de taladrar, pinear y montar miniaturas pintadas es algo demasiado delicado para lo que están acostumbradas mis manos ^^U Pero con la ayuda de unas capas de barniz previas a cogerlas con las manos, al final no ha habido descolchones que lamentar.
Las peanas de resina tratan de ilustrar algún tipo de mundo demoníaco o zona de guerra infernal, con la tierra agrietada y quebradiza, con púas y espinas saliendo del suelo. Montar los legionarios en éstas peanas ha sido en muchas ocasiones tortuoso ya que la propia superficie no ayudaba a ello.
Espero que Álvaro esté contento del curro que le estoy dando.
Un saludo!
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